El hambre fisiológica se da cuando nuestro cuerpo nos pide combustible para funcionar.
También se conoce como hambre estomacal, y las señales que nos alertan de que necesitamos ingerir alimentos pueden ser la sensación de estómago vacío o los ruidos estomacales.
Cuando tenemos hambre real, para calmarlo el cuerpo nos pide cualquier tipo de alimento y no necesariamente algo altamente calórico.
¿Cuántas veces has comido en exceso, porque te has sentido con estrés, preocupación, hambre o ansiedad?
En muchas ocasiones más de alguna se ha refugiado en la comida para satisfacer sus necesidades emocionales, pero ¡ten cuidado! Porque esto se puede convertir en un hábito, el cual puedes depender de por vida y no vas a tener control sobre este.
Buscamos canalizar esa emoción de ansiedad o frustración a través del acto de comer (pensando que tenemos hambre). La comida puede convertirse en un alivio temporal a un problema, sentimiento o emoción mucho más profundo. Esto pasa porque después de comer, tu cerebro secreta varias sustancias poderosas que producen placer (cómo la dopamina).
Por tal motivo tu cerebro asocia dicho alimento con una emoción o sensación negativa. Por ejemplo: “estar triste y comer chocolates” “tener ansiedad y comer de todo y en gran cantidad”, “sentir estrés y comer dulces, helado, galletas”
Es por este motivo que comer emocionalmente se convierte en un hábito.
Una forma de saber si tú comes emocionalmente es contestando las siguientes preguntas, con un “sí” o “no”. Se trata de una prueba profesional y puede ayudarte a identificar el problema.
- No tengo control de sí mismo, en presencia de comida pecaminosa
- Cuando empiezo a comer, pareciera que no puedo parar
- Cuando se trata de comida no tengo fuerza de voluntad
- Me siento tan hambriento que no puedo controlarme
- No puedo saciarme con facilidad
- Continuamente tengo pensamientos de preocupación sobre comer o no comer
- Hay algunos días en los que no puedo pensar en nada más que en comida
- La comida esta siempre en mi mente
Si la mayor parte de tus respuestas, fueron “si”, el objetivo es cambiar esa rutina que te hace daño, por alguna otra que te genere la misma recompensa, pero que sea saludable.
Cuando sientas el impulso de comer, distrae a tu mente con otra actividad. Es decir, cambia la rutina de este hábito para lograr controlar el impulso de comer emocionalmente.
Puedes realizar actividad física, estudios demuestran que el ejercicio libera endorfinas, la cual es una sustancia que aumenta el estado de bienestar y disminuyen la sensación de dolor emocional
Nota final
Te recordamos que este articulo es de carácter informativo y Makeupme Studio no se dedica a ofrecer servicios de nutrición, para información profesional puedes consultar a tu nutricionista de confianza o contactar con @nutricion.consciente_
Si deseas conocer nuestros servicios te invitamos a recorrer nuestro sitio web o revisar otros de nuestros artículos